PROBLEMAS CARDIOVASCULARES POR SOBREPESO
La
obesidad aumenta el volumen de sangre total y el gasto cardíaco, y la
sobrecarga cardíaca es mayor en la obesidad. Es común que los obesos tengan un
gasto cardíaco más elevado pero menor resistencia periférica total, a cualquier
nivel de presión arterial. Los obesos tienen más posibilidad de ser hipertensos
que los pacientes delgados y, en general, la ganancia de peso se asocia con
HTA.
Con
el aumento de la presión arterial y el volumen sanguíneo, los individuos con
sobrepeso u obesidad desarrollan dilatación e hipertrofia del ventrículo
izquierdo, como así otras anormalidades estructurales (remodelación concéntrica
e hipertrofia ventricular izquierda concéntrica, agrandamiento de la aurícula
izquierda). Estas anormalidades no solo aumentan el riesgo de IC sino que el
agrandamiento del ventrículo izquierdo puede aumentar el riesgo de FA, de sus
complicaciones y también de arritmias ventriculares complejas.
Paradoja
de la obesidad y otras poblaciones cardiovasculares.
Un estudio evaluó la mortalidad al cabo de 4,4
años en 2.392 pacientes con AP sometidos a cirugía vascular mayor con alto
riesgo de mortalidad durante el seguimiento y comprobó una paradoja de la
obesidad muy importante, con reducciones progresivas de la mortalidad en todos
los grupos de pacientes (IMC normal, sobrepeso y obesos) comparados con pacientes
de peso normal. Aunque el IMC fue un factor predictor independiente de mayor
mortalidad en toda la cohorte, una prevalencia más elevada de enfermedad
pulmonar obstructiva crónica moderada a grave explicó casi por completo el
mayor riesgo estadístico en los pacientes con peso normal. De todos modos, el
ajuste por enfermedad pulmonar no anuló la relación entre un IMC mayor y la
mortalidad más baja en los pacientes con AP con sobrepeso y obesos. Aunque
muchos de los estudios sobre HTA, IC y EC analizados antes también trataron de
hacer correcciones relacionadas con el cigarrillo como un factor de riesgo, un
IMC más bajo siguió siendo un predictor independiente de riesgo más elevado.
Conclusiones
Hay
mucha evidencia que sustenta el impacto de la obesidad en la patogénesis y
progresión de la enfermedad cardiovascular. Aunque existe una paradoja de la
obesidad, es decir, que los pacientes con sobrepeso y obesidad con enfermedad
cardiovascular establecida parecen tener un pronóstico más favorable que los
pacientes más delgados, existe una constelación de datos que avalan la pérdida
voluntaria de peso para la prevención y tratamiento de las enfermedades
cardiovasculares.
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