RESISTENCIA FISICA
Definimos resistencia como la capacidad psicofísica
de la persona para resistir a la fatiga. En otros términos, entendemos por
resistencia la capacidad de mantener un esfuerzo de forma eficaz durante el
mayor tiempo posible.
Existen dos tipos de resistencia, la resistencia
aeróbica y la resistencia anaeróbica. La resistencia aeróbica sería aquélla que
tiene por objeto aguantar y resistir la exigencia física para ganar oxígeno,
mientras que la resistencia anaeróbica está condicionada por un aporte
insuficiente de oxígeno a los músculos. Ésta última se da en los ejercicios
donde la frecuencia de movimientos es muy elevada, o en ejercicios que implican
fuerza muscular. En la mayoría de los esfuerzos realizados, se produce una
mezcla de ambas vías, de la aeróbica y de la anaeróbica, cuya proporción varía
dependiendo del tipo, de la duración y de la intensidad de la carga del
entrenamiento y del nivel individual de la persona. Cualquiera que se la
actividad elegida, el entrenamiento aeróbico requerirá aumentar la demanda de
oxígeno y mantener esa intensidad por un tiempo determinado. El estado de forma
cardiovascular se mide en términos de capacidad aeróbica, y viene representado
por la capacidad para realizar ejercicio físico, a una intensidad de moderada a
alta, durante periodos de tiempo prolongados.
Durante el tiempo de duración de la actividad, el
sistema cardiovascular debe ser capaz de mantener un aporte adecuado de oxígeno
y nutrientes, tanto a la musculatura en activo como al resto de los órganos de
nuestro cuerpo. Este aspecto de la actividad física es el que parece
proporcionar la mayoría de los beneficios para la salud derivados de
la práctica de ejercicio.
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